12 octubre 2013

"ASDES, historia de un día maravilloso"



“Un Céntimo, mil sonrisas”

Aquella tarde no era una tarde corriente para mí. Con la comida a medio digerir y tras tomar un café rápido, mi novia y yo cogimos el coche en dirección a los estudios de Aragón Radio, nuestros amigos de Escúchate nos esperaban. Los 70 kilómetros que separan Huesca y Zaragoza parecieron un viaje trans-oceánico, y no sólo porque estuviera lloviendo, sino porque me parecieron 8000 kilómetros. Los nervios me embargaban e iban creciendo conforme se acercaba la hora del programa. La conversación durante el viaje giró alrededor del asunto por el que estábamos viajando, el resultado final del concurso Solidarios en Primera Persona. ¿Nos habrían hecho venir para ser segundos?¿Qué haríamos con el dinero en caso de ganar?¿Habrá funcionado la campaña que hicimos para ganar votos?

En la sala de espera la tensión era evidente, nos recibió Javier Vázquez, simpatiquísimo como siempre. Su sonrisa al recibirnos y el vernos solos esperando nos hizo pensar en que, quizá era una broma y ya habíamos ganado. “Qué raro que no haya otras organizaciones aquí, ¿no? Habéis ganado seguro” decía mi pareja. Yo era menos optimista, supongo que de forma instintiva me quería hacer a la idea de que no era posible para no llevarme un disgusto después, a pesar de que todo indicaba que habíamos ganado.

Al pasar al estudio me presentaron a Salva Macías como responsable de ASDES, la asociación que donaba el dinero del premio y con la que, en caso de ganar, estaría en deuda toda mi vida. Desde el primer momento pensé que aquel señor sonriente, de pelo cano y mejillas sonrientes que no podía esconder el orgullo  que sentía por el proyecto que llevaba entre manos, acabaría siendo un buen amigo, puesto que al oírle hablar de ASDES, me vi reflejado a mi mismo dentro de unos años. Aunque yo, lo del pelo, ya lo tengo complicado.

Tras Salva, me presentaron a los representantes de las otras dos asociaciones finalistas y, aunque  no recuerdo sus caras ni sus nombres, recuerdo que los felicité efusivamente por compartir esos momentos de nervios conmigo.
Comenzó el programa y me pidieron que fuera el primero en explicar mi proyecto y el uso que se haría del dinero en caso de ganar. Mientras exponía las ideas de Pequeño Gran Paso, la sonrisa de Javier y Salva iba en aumento hasta que, en una de mis pausas, Javier dijo…”Pues ya puedes ir poniendo todo en marcha porque el dinero es vuestro”. En ese momento y, por primera vez en mi vida, me quedé sin palabras. Al principio fue una sensación de vergüenza por no haberme dado cuenta antes de que los supuestos responsables de los proyectos rivales no eran otra cosa que dos redactores de Aragón Radio. Entonces me embargó la emoción por todo lo que habíamos trabajado hasta ese día, me acordé de todas las personas que me habían ayudado y de todas aquellas familias a las que podríamos ayudar con el premio. Necesitaba un abrazo y fue Salva quien me lo dio. Nunca olvidaré esos segundos en los que aquella persona que acababa de conocer me regalaba un abrazo sincero. Cuando le miré a los ojos y vi que estaba casi tan emocionado como yo, me di cuenta de que estaba ante un ejemplo de lo que pretendo ser en el futuro, una buena persona con mayúsculas.

Entonces todos sonreímos, los redactores, los presentadores, el propio Salva, mi novia, yo y, seguramente, muchas de las personas que estaban en sus casas escuchando el programa.

Pronto se cumplirán 3 años desde aquel día, mi vida a cambiado mucho pero Pequeño Gran Paso y ASDES han seguido de la mano y puedo decir con orgullo que Salva Macías se ha convertido en uno de mis mejores y más admirados amigos.

Con aquel dinero se hizo viable un proyecto que ahora cumple 5 años y lo hace con el apoyo incondicional de ASDES. Cientos de niños y niñas en República Dominicana han sonreído gracias al esfuerzo de todos aquellos que lo hicieron posible, cada punto o gol que los niños convierten en céntimos produce muchas sonrisas por si solo en los patios de colegio aragoneses por lo que, si se me permite, me atrevo a decir que el eslogan de ASDES está equivocado. “Un céntimo una sonrisa” no hace justicia a la realidad del proyecto.

Esta es mi manera de dar las gracias a ASDES por confiar en nosotros y por seguir adelante con un proyecto que, en mi modesta opinión, debería llamarse “Un céntimo, miles de sonrisas”.

Nacho Gella Ciprés
Presidente de Pequeño Gran Paso